lunes, 14 de mayo de 2012

LOS ESPIRITUS LUCIFERES




LOS   ESPIRITUS   LUCIFERES

Por Corinne Heline

Las corrientes de deseos del planeta Marte, hogar de los Luciferes exiliados, se entremezclan con las corrientes similares del planeta Tierra. Debido a esta interpenetración de auras de deseos, las influencias Luciferinas, operando a través de este medio, entraron en la atmósfera terrestre y actuaron sobre la vida de este planeta, particularmente sobre su aspecto emocional.
            Recordemos que, aunque caídos, los Luciferes son Angeles. Aquellos que tienen ojos para ver declaran que ellos tienen una radiante belleza. Ellos se mueven en una luz centelleante que destella con energía eléctrica. La actitud de estos seres de fuego es de reto, de desafío y su nota clave es la intensidad mental y emocional y la actividad extrema. Por este medio su conciencia se despierta y se acelera su progreso.
            Por lo tanto ellos promueven todo lo que favorezca la expresión de su ser. Todo el que se coloca bajo su influencia es poseído de ansias de libertad de todo tipo de limitaciones y restricciones para ir hacia profundidades desconocidas y explorar lo extraño y las alturas no descubiertas. Transmiten también un estado de abandono, relajamiento y descuido. Las naturalezas de fuego, sin miedo, se inclinan hacia los Luciferes y este contacto es estrecho y continuo el impulso obtenido es irresistible.
            No es el propósito de los Luciferes inflamar los pensamientos y emociones del hombre para llevarlo a la destrucción. Ellos solo quieren crear condiciones más favorables para su desarrollo. Donde hay sabiduría y fuerza para dirigir las energías Luciferinas hacia propósitos constructivos, ellos responden con creatividad y mayor conciencia.
            Si los humanos fueran capaces de dirigir tal fuerza intensa, los Luciferes serían solo portadores de luz. Debido a la falla de la humanidad en conseguir este objetivo, la influencia de Lucifer ocasionó la caída y su influencia predominante es todavía maligna, Los científicos espirituales, sabiendo estos hechos, no hacen de la debilidad del hombre una excusa para calumniar una clase de espíritus, que aunque por debajo de los Angeles, son más adelantados que la humanidad. Ellos son hijos del Padre no menos que la rebelde humanidad y Cristo está dando Su Vida por la redención de ambos.
            En el mundo moderno los Luciferes se manifiestan fuertemente como espíritus de rebelión e independencia. A pasar por encima las restricciones morales. Ellos incitan las disputas y las querellas. Ellos gravitan en donde hay excitación. La manía de la velocidad es una de sus manifestaciones. En el arte estimulan el espíritu de libertad, a un grado de abandono, como en el verso libre, el jazz y el arte moderno. La atmósfera de la tierra está cargada con los pensamientos destructivos y negativos generados durante siglos pasados.  
            Colectivamente, esta forma que puede ser mejor descripta  como una entidad elemental, es utilizada por los Luciferes para incitar a la humanidad a las peleas, controversias y conflictos apasionados. Una parte importante del trabajo del hombre y de los seres que lo asisten, es disipar esta entidad por medio de la generación de fuerzas de carácter positivo.
            Cada pensamiento enviado a la atmósfera, cargado de amor, paz y armonía es una ayuda en la ejecución de esta tarea. Ante semejante fuerza constructiva masiva las entidades negativas retroceden y se desvanecen, tal como la luz del Sol disipa las tinieblas.
            A la luz de este conocimiento, el hombre puede dirigir más sabiamente su destino. Conocimiento es poder. Conociendo la naturaleza de las fuerzas que actúan sobre él, puede a conciencia y deliberadamente utilizarlas para su beneficio. Las fuerzas Luciferinas están sujetas a este control y pueden ser transmutadas en poderes que proporcionan luz espiritual.
            Así como los sabios de la tierra laboraron durante años para preparar la venida de Cristo, Así también Cristo estuvo preparando durante varios períodos al sistema para su trabajo redentor. El trabaja con los planetas no solo desde el Centro Solar del que El es el Logos que preside, sino de una manera más directa e inmediata entrando en la vida de cada planeta, uno tras otro, infundiéndoles el mismo espíritu de Su Ser y poniéndolos a SU tono cada uno de acuerdo a su capacidad de recibir. Los habitantes de la Tierra y de Marte habían cristalizado tanto las condiciones bajo las cuales vivían, mucho más que otras oleadas de vida de otros planetas, a tal punto que el trabajo redentor era urgente en estas dos esferas enlazadas por el deseo. Si hubiera continuado esta tendencia a la cristalización sin una medida que la detuviera, la limitación de la materia hubiera alcanzado un nivel en el que la evolución se hubiera hecho imposible. La humanidad de la tierra no hubiera podido seguir su curso ni alcanzar su objetivo en este Día de Manifestación. Lo mismo era verdad con los Marcianos. Cósmicamente tal fue la situación que Cristo voluntariamente quiso corregir. El está literalmente dando Su Vida para esta realización.
            De lo dicho, es claro que Su trabajo redentor es una actividad permanente. Las radiaciones de la fuerza de Cristo fluyen sobre la Tierra rítmicamente y alcanza su punto máximo en el Solsticio de Invierno. La humanidad reconoce este espíritu  amoroso y lo celebra como el nacimiento de Cristo. Durante esta época la humanidad es tocada por el invisible poder del amor de este Gran Ser que se sacrifica para que todos podamos elevar nuestra conciencia de las limitaciones y encontrar la libertad del espíritu y la vida eterna. La salvación de Cristo no libera al hombre de afrontar las consecuencias de sus errados actos, sino que le ofrece una oportunidad de enmendar sus errores pasados y le crea las condiciones para que pueda adelantar y cumplir su destino. El Señor del Amor no anula la ley;¸la cumple.
            El descenso de la humanidad alcanzó su punto culminante cuando la civilización Romana dominó Europa. La mayoría de las Escuelas de Misterios habían perdido contacto directo con la Luz del Logos Solar. En esa hora crucial Cristo vino y habitó en el cuerpo del hombre y de la tierra para efectuar Su trabajo desde adentro y no desde afuera como lo venía haciendo. Así que se encarnó en el Maestro Jesús y se convirtió en el Regente de la Tierra. Con cada venida le resulta al hombre más fácil su perfeccionamiento. El período de la primera guerra mundial desintegró las formas que se habían hecho rígidas e inútiles. Por eso Cristo decía que El venía a traer una espada, para destruir las limitaciones y restricciones de la materialidad.

           


La Redención de los Luciferes

            El período de la primera guerra Mundial tuvo un efecto desintegrante sobre la humanidad. Marcó una etapa en la evolución de los Luciferes. El hombre se hizo más apto para la purificación por medio de la Luz Blanca de Cristo. Los Luciferes comenzaron a volver sobre sus pasos. Ellos van hacia el cielo que perdieron. Pero no todos. Lo mismo sucede con ellos que con la humanidad. Algunos han desertado y se han enrolado de nuevo bajo la bandera de CRISTO. La radicación y la belleza de los Luciferes redimidos es indescriptible. Su aura rojo-dorada, ha sido purificada de sus deseos fogosos gracias a la infusión del poder sublimante de Cristo. Su fuerza transmutada formará el rubí, una gema de brillo no menor que el diamante. Ambos reflejan igualmente la luz.
            Los Luciferes redimidos están ejerciendo una influencia poderosa para bien de sus hermanos no regenerados y de la raza humana que ellos desviaron. Portadores de la luz fueron cuando indujeron al hombre a comer del árbol del conocimiento. Portadores de luz son hoy a medida que le brindan al hombre más de ese fruto. El conocimiento inicial fue prematuro. La humanidad no fue capaz de usarlo sabiamente. Ahora los Luciferes redimidos trabajan para corregir sus errores sirviéndole al hombre. Enseñándole a transmutar la pasión en compasión y cambiando el camino de la muerte por el camino de la vida. Los cuatro Angeles del Destino, Tauro, Escorpión, Leo y Acuario, trabajan estrechamente con los Luciferes en sus esfuerzos por restaurar su elevado estado antes de la caída. Escorpión y Leo le ayudan a la transmutación, Tauro a la liquidación de sus desudas y Acuario a fortalecer la compasión bajo la cual los deseos se transforman en poderes del espíritu.
            Una vez que los Luciferes machen todos del lado de Cristo, sus poderes vibrantes magnéticos se volverán canales de curación. El brillo rojo dorado de sus auras será recargado con el bálsamo del espíritu. Toda la vida de la tierra será bendecida con su trabajo. Este servicio de curación para toda la humanidad será de tal magnitud que ellos obtendrán el retorno al elevado puesto en el reino angélico que están destinados a ocupar.
            Las radiaciones curativas de los Luciferes se manifestarán bajo el suave verde, complementario del rojo. Las leyendas del Santo Grial informan que la Santa Copa fue despojada de la gran esmeralda que era la única piedra de la corona de Lucifer antes de su caída, cuando fue herido por la espada de Miguel. Fue la luz de esta joya celeste en la cabeza de Lucifer lo que le dio el título de “Luz y estrella de la mañana”. Lucifer y sus huestes recuperarán la corona perdida para transformar sus maravillosos poderes en un depósito de curación capaz de ayudar y bendecir a las dolientes criaturas de la Tierra.-


ASOCIACION INTERNACIONAL DE CRISTIANOS
MISTICOS MAX HEINDEL
Calle Colombres 2113 – Barrio Lomas de San Martín
5008 – Córdoba – Argentina
e-mail: cristianosmisticos@argentina.com

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Aporte del Sr. Raúl Sasia, que agradecemos.

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viernes, 23 de marzo de 2012

LA BIBLIA, EL MARAVILLOSO LIBRO DE LAS ÉPOCAS






LA BIBLIA, EL MARAVILLOSO LIBRO
DE LAS ÉPOCAS

Por
Corinne Heline




Título del original en inglés:

THE BIBLE, WONDER BOOK OF THE AGES.
Traducción por:

José Mejía R.
Quito, Ecuador, 2008

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PUNTOS IMPORTANTES INICIÁTICOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO - PARTE I



PARTE I:

PUNTOS IMPORTANTES INICIÁTICOS
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO




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PREFACIO





PREFACIO


La Biblia es el prodigioso libro de las épocas. Sus páginas
encierran un mensaje para toda alma anhelante, sin importar en qué
parte del camino de la realización se halle. Hay esperanza, consuelo e inspiración para las mentes más estrechas y tradicionales, a la vez
que hay palabras portentosas y de luz para el intelecto más liberal e
inquisitivo. En ella encuentra consuelo y enseñanzas el más simple y la doctrina cósmica más exaltada el más elevado iniciado que este
planeta sea capaz de originar.


Es un error decir que la Biblia no es nada más que un libro
antiguo perteneciente a un pasado de hace dos mil años. La Biblia es un libro de misterios, un sapiente libro de enorme poder, un código continuo vigente creado por grandes iniciados y sus discípulos a través de miles de años de esfuerzos. Pertenece por igual al pasado, al presente y al futuro.


Sus secretos se han colocado tan cuidadosamente en el texto
bíblico, espiral dentro de espiral, de tal manera que cuanto más
espiritual se hace el hombre, más profundos significados se le
revelan.


Como está escrito en el Zohar, “¡Desafortunado el hombre que
solamente ve en el Tora (la Ley) simples recitales de palabras

comunes!... Cada palabra del Tora contiene elevados significados y
misterios sublimes… El incauto solamente toma en cuenta las
vestiduras, y los versos de Tora… Pero el más instruido no toma en
cuenta el ropaje sino el cuerpo en el que está envuelto.”

La Biblia le acompañará al hombre a las mismas puertas de la
Nueva Era, en donde descubrirá que aquellas páginas revelan un
concepto enteramente nuevo de los misterios de la vida espiritual, ya que este maravilloso libro es el verdadero Libro de la Vida sobre el cual se basarán las ciencias del alma de la Nueva Era Acuariana.

Cuando se lee la historia de la Biblia a la luz de las
interpretaciones de la Nueva Era, donde se relaciona a todos los
personajes y acontecimientos con el ser humano en particular, para
que esas cualidades y atributos sean ya cultivados, ya erradicados,
ocurre que las Escrituras se convierten en PALABRA VIVA, aplicable inmediatamente a los problemas personales actuales de la vida diaria. Entonces los aspectos históricos retroceden a un segundo plano. La Biblia deja de ser un texto de un pasado muerto y diferente y se convierte en la guía de un presente vivo y palpitante.

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ABRAHAM, EL MODELO CÓSMICO PARA EL HOMBRE DE LA QUINTA RAZA RAÍZ. - CAPÍTULO I:









CAPÍTULO I:


ABRAHAM, EL MODELO CÓSMICO PARA EL
HOMBRE DE LA QUINTA RAZA RAÍZ.


Abraham, cuyo nombre significa “padre de las multitudes”, fue el
primero de los maestros iniciados enviados a la nueva Quinta Raza
Raíz que pobló la Tierra luego de la destrucción en el Diluvio del
Continente Atlántico. Partió de Ur, la ciudad de la “luz” y se estableció en Harán “un lugar alto”. Sara y Lot viajaron con él. Sara significa “princesa” y representa el principio femenino o de amor y Lot, identificado principalmente con Sodoma, significa la naturaleza inferior.


Abraham peregrina así hacia la nueva tierra acompañado tanto por
los elementos superiores como por los inferiores en su naturaleza
interior.


Abraham, cual adalid, representa astrológicamente a Saturno,
quien preside en el principio de la manifestación y cuyas fuerzas
moldean la forma de la sustancia que emerge del Caos.


Al espiritualmente bien ilustrado siempre se le ha asegurado que
cada lugar mencionado en la Biblia es aquí y ahora, y que cada
persona mencionada es usted, usted mismo. Así, por ejemplo, las
dos esposas de Abraham, Sara y Agar, tipifican respectivamente las
naturalezas superior e inferior del hombre, y los dos hijos que tuvieron,



representan los atributos y obras resultantes de las actividades de
estas dos naturalezas opuestas en el hombre. Agar y su hijo Ismael,
personifican el ser inferior y Sara y su hijo Isaac, caracterizan el
superior. El nombre Isaac significa alegría, la alegría que le viene al
más alto ego con la vida verdadera.


A Abraham se le conoció inicialmente como Abram y a su
esposa como Saray. Luego de la primera iniciación de Abraham, la
letra H se incluyó en sus nombres. La H, una letra femenina, cuando se añadió a los nombre de Abram y de Sara, (1) indicaba que ellos habían despertado en su interior el principio femenino o intuitivo.  El despertar de este principio da origen a Isaac, que en el presente contexto significa la alegría de las experiencias anímicas al establecer correspondencias rectas y armoniosas con la Súper - Alma.


(1) Sarah en inglés. (N. del T.)



Abraham personifica lo que podría llamarse el Arquetipo de la
Quinta Raza Raíz. Por tanto los principales eventos que ocurrieron en su vida, como se relatan en la Biblia, deben ser imitados en su
significado esencial por todo individuo que pertenece a esta presente Raza Raíz Ariana.


Tan elevado logro espiritual le permitió a Abraham comunicarse
cara a cara con el mismo Señor de los Cielos. Sin embargo, cuanto
más asciende el alma, más sutiles son las tentaciones y más severas
las pruebas y juicios que hay que encarar y superar. Tan así que
“muchos retrocedieron y no caminaron más con Cristo”. En su
progreso espiritual Abraham finalmente enfrentó una de las mayores pruebas en el Camino Iniciático, la denominada Gran Renunciación.


De esta manera se lee en Génesis 22: 7-12:


“Dijo Isaac a su padre: Padre mío, y él respondió: ¿Qué quieres hijo? Veo, dice, el fuego y la leña; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto? A lo que respondió Abraham: Hijo mío, el Señor sabrá proveerse de cordero para el holocausto. Continuaron pues, juntos su camino. Y luego llegaron al lugar que el Señor le había mostrado, donde erigió un altar y acomodó encima la leña. Y, habiendo atado a Isaac, su hijo, púsole en el altar sobre el montón de leña; Y extendió la mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo.

Cuando he aquí que, de repente, el ángel del Señor gritó desde el cielo, diciendo: “Abraham, Abraham”. Aquí me tienes, respondió él. ‘No extiendas tu mano sobre el muchacho’, prosiguió el ángel, ‘ni le hagas daño alguno: que ahora me doy por satisfecho de que temes a Dios, pues no has perdonado a tu hijo único por amor de mí”.


 Este pasaje revela el completo vencimiento de Abraham a su
propio yo. Tuvo la voluntad, el coraje y la fortaleza de llevar a cabo
con éxito la prueba. Al hacerlo abrió la puerta a un efluvio de poder y de iluminación apenas soñado por aquellos que no han sido probados y juzgados. Tenía una incontrovertible fe para obedecer las órdenes del Señor (la ley) a cualquier costo. Ese es el camino de la persona calificada para tomar parte en los grandes planes de Dios para el hombre. La sentencia de Cristo que “aquel que encontró su vida, la perderá; y aquel que perdió su vida por mi causa, la encontrará” es una enseñanza del Templo perteneciente a todas las eras.


Nuevamente en Génesis 22:13 leemos:


“Alzó Abraham los ojos y vio detrás de sí un carnero enredado por las astas en un zarzal, y habiéndole cogido, lo ofreció en Holocausto en vez de su hijo.”


El carnero es el símbolo de Aries. Este signo fue denominado
por los ancianos “el cordero de la presentación”. En su aspecto
superior, las palabras claves para Aries son la pureza, el servicio y el sacrificio. Este es un signo de resurrección. Piscis, el último signo del Zodiaco, es el lugar del pesar, el jardín de las lágrimas, el Getsemaní en el camino. Sus puertas se cierran, pero solo para abrirse al primer signo zodiacal Aries, anunciando la llegada del recién nacido. Finalmente Abraham había llegado a este estado en su desarrollo iniciático.


Una de las supremas experiencias espirituales en la vida de
Abraham fue su encuentro con Melquisedec, que era uno de los más grandes maestros Hierofantes del mundo, Era uno de los principales Altos Sacerdotes de de la Atlántida y Maestro de aquellos individuos remanentes que sobrevivieron a la destrucción de la Atlántida por el Diluvio. Noé y su familia son los nombres genéricos de aquellos sobrevivientes.



Melquisedec le confirió a Abraham las profundas enseñanzas

espirituales que más tarde se divulgaron en el mundo cristiano como la misa de Cristo, que la cristiandad ortodoxa la denomina la Sagrada Comunión.


Durante sus tres años de ministerio sobre la Tierra, nuestro
Señor Cristo dio a sus discípulos más avanzados una versión superior de esta misma sublime enseñanza. Una más alta revelación de este misterio sagrado llegará a ser fundamental en las enseñanzas y ritos de la religión de la Nueva Era Acuariana.


“Pasadas, pues, estas cosas, habló el Señor a Abraham en una visióndiciendo: No temas Abraham, Yo soy tu protector, y tu galardón será sobremanera grande. A lo que respondió Abraham: ¡Oh Señor Dios!, ¿Y qué es lo que me has de dar? Yo me voy sin hijos y el heredero de mi casa será Eliécer el damasceno.” Génesis 15: 1,2.


Luego del encuentro entre Abraham y Melquisedec, el Señor se
le apareció en una visión. Entonces le preguntó al Señor:


“¿Y qué es lo que me has de dar? Yo me voy sin hijos y el heredero de mi casa es este Eliécer de Damasco".


La pregunta guarda la clave al entendimiento de uno de los
capítulos más ocultos de la Biblia. Para interpretarlo en suma: el
nombre Eliécer significa “la ayuda de Dios” y simboliza el despertar de los poderes del Ser Divino interno. Eliécer es el piadoso y fiel mayordomo de la casa de Abraham, lo que aquí representa el cuerpo. Es de Damasco, una ciudad que en simbología bíblica constituye un centro de iluminación y un lugar donde las flores están en lozanía perpetua. Privado de descendencia hasta ese momento, Abraham le pregunta al Señor qué debe hacer, puesto que siente que tiene a su Dios interno como un espíritu de luz y que su alma está en heredad de sus atributos y facultades personales.


Ésta experiencia producida en los planos internos confirma que
su encuentro con el Señor fue en una VISIÓN. Además la promesa
hecha a Abraham por el Señor de que el heredero que percibió
nacería desde sus propias “entrañas”, o su ser interior denota el
aspecto espiritual de dicha experiencia. Su descendencia espiritual iba a ser tan numerosa como las mismas estrellas en el cielo. Abraham creyó sin embargo, que la “mente mortal”, los sentidos físicos, la parte incrédula del hombre, cedería el espacio a la percepción clara de su alma de la verdad en los planos de conciencia a los cuales ya había ascendido.



El Señor también le prometió a Abraham que le daría a su
descendencia la tierra que se extiende “desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Eufrates”. Abraham entonces preguntó cómo sabría que aquella habría de ser su descendencia. El Señor le respondió enigmáticamente: “Escógeme una novilla de tres años, una cabra de tres años y un carnero de tres años y una tórtola y un pichón” (Génesis 15:9).


Así lo hizo. Mas éste no fue un sacrificio sanguinario al que se
vio avocado a ejecutar. Toda la experiencia relatada en este capítulo ocurrió en un nivel superfísico y si se quiere aprehender sus significados internos en su más mínimo grado, las palabras que lo describen deben ser consideradas en términos simbólicos. Siempre debe recordarse que las verdades espirituales más profundas nunca se han compelido a ser escritas sino más bien transmitidas verbalmente desde el Maestro al discípulo en conformidad con el entendimiento y méritos de este último. En lo que se refiere a que están o puedan ser transcriptas, los símbolos y códigos diversos deben traducir de la mejor manera aquello que las palabras no pueden hacerlo por sí mismas.


Ello es así, puesto que dichas referencias escritas son
confeccionadas para las más exaltadas experiencias del alma, y por
su misma naturaleza son para todos de carácter oscuro y enigmático, excepto para aquellos que han conseguido un estado de consciencia que penetra en el alma de las cosas y posibilitan observaciones y corroboraciones enteramente nuevas. Cuando se lee la Biblia a la luz del contenido esotérico, los ceremoniales de los fogosos religiosos exotéricos no son sino las fracciones mutiladas de los augustos rituales que se encuentran en ella.


Regresando al tema del sacrificio animal, no fue realmente esa
la ofrenda de Abraham. Las “alas que el alma forja para una
ascensión elevada” no se construyen desde la agonía y muerte de
cualquier cosa viviente, sino mediante la simpatía, compasión y un
incluyente y unificante amor que abarca a todas las criaturas de Dios, desde la mayor hasta la más pequeña. Esa es la única manera de formar las cualidades internas del alma requeridas para que un
Iniciado como Abraham haya alcanzado una realización superior.



Apliquemos la clave astrológica a los sacrificios que se le
ordenaron a Abraham. La becerra es un símbolo de Tauro y su
sacrificio significa renunciación a todos los deseos básicos y al amor egoísta. La cabra es el símbolo de Capricornio y significa el sacrificio del poder mundano y de la ambición. El carnero es el símbolo de Aries y representa la resurrección de los poderes vitales por medio de la castidad y de la transmutación. La tórtola y el pichón son símbolos de Libra, la Balanza, y se refieren a las experiencias sutiles que prueban la sensatez en este estado de realización.

Debe también notarse que el sacrificio de Abraham se hizo en
Mambré que quiere decir fortaleza y cerca de Hebrón que significa
unidad.

“Y al ponerse el sol, un pesado sueño sorprendió a Abraham; y
apoderose de él un pavor grande. Entonces le fue dicho: Sabe desde ahora que tus descendientes han de vivir peregrinos en tierra ajena, donde las reducirán a esclavitud, y afligirlos han por espacio de cuatrocientos años” – Génesis 15:12,13.

Este es un bosquejo de todo lo que se puede dar a conocer
públicamente en lo que concierne al proceso de cierta Iniciación.
Describe el éxtasis del espíritu al que le acompaña “la gran oscuridad”. Cuando Abraham perdió la conciencia en el plano físico, estuvo despierto en los reinos etéricos o internos. Entonces leyó en cuadros cósmicos en el Libro de los Recuerdos de Dios, los acontecimientos futuros conectados con las gentes de Aries para las que se preparó para liderarlas. La simiente de Abraham, los frutos del espíritu, no están en su morada mientras permanecen en la Tierra. Ellos son desconocidos, son pasajeros y al servicio de la materia y sujetos a sus limitaciones hasta que el cuaternario inferior de la forma (400 años) ha sido trascendido por el poder triuno del espíritu.

“Y puesto ya el sol, sobrevino una obscuridad tenebrosa, y apareció un horno humeando y una llama de fuego que atravesaba por entre esos trozos.”- Génesis 15: 17.

El calor, el humo y el fuego son inseparables en los procesos de
depuración que llevan a la Iluminación. Está muy claro que Abraham pasó a través del “crisol” exitosamente y se calificó para un servicio más alto, luego de la alianza que celebró con el Señor “el mismo día”, el cual le dijo: “A tu posteridad le daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el gran río, el Eufrates.”

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JACOB Y MOISÉS, HIJOS INICIADOS DE LA ANTIGUA SABIDURÍA - CAPÍTULO II









CAPÍTULO II:


JACOB Y MOISÉS, HIJOS INICIADOS DE LA
ANTIGUA SABIDURÍA


Los primeros Padres reconocían el poder escondido del fruto de
la vid, como se concluye de los siguientes pasajes de Justino Mártir:
“La palabra sangre de la uva se usó a propósito para expresar que
Cristo tiene sangre, no proveniente de la simiente humana, sino del
poder de Dios. Pues de similar manera el hombre no produce la
sangre de la vid sino Dios, así también este pasaje nos anunció que la sangre de Cristo no iba a ser de orígen humano sino del poder de
Dios y esta profecía indica que Cristo no es un hombre, engendrado
del hombre según las leyes comunes del hombre”.


Un historiador eclesiástico del siglo cuarto, Eusebio, hace este
comentario del siguiente pasaje:



“ … Los hombres son redimidos por la sangre de la uva que es
espiritual y en que Dios ha morado.”


Se colige claramente de aseveraciones como esas que la
referencia hecha a “la sangre de la uva” tiene un profundo significado. Se refiere a la transmutación y purificación de la sangre. Cristo dijo a sus discípulos: “Yo soy la vid y ustedes son el follaje” Por medio del pan y del vino un aspirante verdadero se coloca a sí mismo en una armonía más perfecta y cercana con Cristo y por ende puede desarrollar y manifestar en su interior mayores poderes crísticos.


Tanto Justino Mártir como Clemente de Alejandría aseveran
que Cristo se apareció a Jacob en el sueño en el cual sostenía una
escalera que se elevaba desde la Tierra al cielo, y los Ángeles de
Dios ascendían y descendían por ella. Sobre la misma se sentaba el
Señor que decía “Yo soy el Señor Dios de Abraham, tu padre, y el Dios deIsaac” (Génesis 28:13). Cipriano, citando el Génesis 35:1 escribe:“Creed como todos los Padres lo hicieron, que fue Cristo el Dios que allí habló y que se le apareció a Jacob cuando huía de Essau”.


Como se menciona en el tercer volumen de nuestra
INTERPRETACION DE LA BIBLIA DE LA NUEVA ERA, los Maestros Iluminados a lo largo de las eras han enseñado a sus discípulos que los trabajos de las Escuelas de Misterios y las varias formas de sus Iniciaciones no fueron sino pasos preparatorios para la venida del Maestro Supremo del Mundo, el Señor Cristo. Esta aseveración se mantiene como tal en relación con los maestros profetas de la Dispensación del Viejo Testamento. Ellos y sus seguidores se preparaban para un ulterior servicio a Cristo. A Jacob se le enseñaba en sus Sueños a leer en la Memoria de la Naturaleza. Allí vio la escalera involucionaria y evolucionaria que se extendía desde el cielo a la Tierra y desde la Tierra al cielo, con multitud de espíritus que descendía en la encarnación y reascendía al cielo después que las lecciones terrenas hubieren sido aprendidas.


El Camino del Discipulado ha sido igual en todos los tiempos.
Los aspirantes deben enfrentarse a similares pruebas y superar los
mismos retos, con apenas cambios particulares en el devenir de
épocas sucesivas. El Sendero iniciático es precisado con excepcional fidelidad en la vida de Jacob. Se registra en Génesis 32: 24 que cuando Jacob se quedó solo: “he aquí que comenzó a luchar con un personaje hasta la aurora”. A la conclusión de este incidente se hizo claro que el Uno prevaleció sobre Jacob, el nombre nuevo de Israel, que quiere decir aquel que preserva. “Porque”, le dijo, “como un príncipe has luchado con Dios y con los hombres”. La experiencia relatada aquí es de la mayor significación. Justino Mártir, Clemente de Alejandría e Ireneo, advierten en este pasaje que el Maestro y el era el Cristo Señor.




Es conocida en el Sendero del Discipulado la experiencia de
Jacob de luchar toda la noche con el Ángel e impedirle que se vaya
hasta recibir una promesa. Los Poderes Espirituales interiores latentes en cada aspirante se desarrollan tanto en su persona que luego se hacen patentes en toda su vida. “Dejad que el Cristo se forme dentro de vosotros” era la admonición de San Pablo a sus discípulos. Este es un requisito necesario antes de que uno pueda convertirse en un pionero en la Dispensación de Cristo.


Esto se llevó a cabo en la vida de Jacob. Abandonó por siempre
Essau (la naturaleza inferior), y en concordancia con el cambio interno que a la sazón le ocurrió, ya no se le llamó más Jacob sino Israel, un nombre que también significa “uno que ve a Dios”. Jacob ya era un heroico conquistador y fervoroso siervo y fue calificado para convertirse en un obrero del viñedo del Señor, el cual declaró:
“Quienquiera de ustedes que sea el más grande, será el servidor de
todos”.


Nuevamente, Orígenes escribe en relación al versículo en el
Génesis que dice que “Jacob quedose solo; y he aquí un hombre que comenzó a luchar con él”:


“Quién más podría ser aquel que es nombrado al mismo tiempo
hombre y Dios, aquel que riñó y contendió con Jacob, aquel que
hablaba en diferentes ocasiones y de diversas maneras ante el
Padre (Heb. 1:1); la Palabra sagrada de Dios que es nombrado
Señor y Dios, que también bendijo a Jacob y lo llamó Israel,
diciéndole: ‘Tu has prevalecido con Dios’. Fue así que los
hombres de aquellos días mantenían la Palabra de Dios, como
el apóstol de Nuestro Señor lo hizo cuando dijo ‘Lo que fue desde el principio, lo que oímos, lo que vimos con nuestro propios ojos, y contemplamos, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de la vida’ (Jn: 1.1.) cuya Palabra de Vida también Jacob lo vio y afirmó además ‘he visto A Dios cara a cara’.”



Pasada esta experiencia fragorosa, que terminó con la victoria

de Jacob, éste ascendió a Betel, donde construyó un altar y dedicó su vida a Dios.


Muchos que pasan por esta experiencia exaltadora tienen
conciencia de la presencia del Cristo, y del derrame de Su tierna
bendición sobre sus valientes. Betel significa “la casa de Dios” y así es como un candidato victorioso se realiza en completa entrega.


Hipólito, un escritor eclesiástico del siglo tercero y pupilo de
Ireneo, pronunció la siguiente confesión con referencia a Cristo, como se describe en la profecía de Jacob (Gen. 49:9) y también en
Revelación (5:5) “El Señor Jesucristo, dado que es Dios, a causa de
su condición real y gloriosa, fue de quien se habló antes como de un
león”.





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MOISÉS


Cuatro de los más distinguidos Padres de la iglesia -Justino
Mártir, Clemente de Alejandría, Ireneo y Tertuliano, afirman que no fue otro sino Cristo el que se apareció a Moisés en la zarza ardiente. El fenómeno fue un reflejo del Cristo Cósmico mientras se acercaba más y más a la Tierra antes de Su encarnación humana. Cristo es el Señor del Cielo y el Jefe entre los Espíritus de Fuego, los Arcángeles. La Dispensación Cristiana está íntimamente guiada por la Jerarquía de Leo, los Señores de la Llama. Por tanto, la Iniciación del Fuego está directamente conectada con los Misterios Crísticos. Este Fuego no es flama que quema sino luz que purifica y transmuta. La zarza que “quemaba” quedó encendida en luz pero no fue consumida. Esta experiencia de Moisés es una forma velada de la exaltación que acompaña a la Iniciación del Fuego.


Mucho tiene que ver con los procesos de Purificación y
Transmutación la preparación de los discípulos para la Iniciación por Fuego. Todos los procesos elevados iniciáticos van acompañados de música celestial. Richard Wagner, un verdadero Iniciado musical, trajo a la Tierra en la perfección de su Música de Fuego que dio al mundo en sus dramas musicales LA VALKIRIA y SIGFRIDO, algo de la magnificencia y esplendor que acompaña a la Iniciación por Fuego. La sublimidad de estos afanes celestiales y también de aquellos acordes finales del OCASO DE LOS DIOSES, suena como ecos y resonares de las tonalidades de los reinos en los altos cielos.



Justino Mártir, en concordancia con muchos Padres de la Iglesia,
cree que Cristo habló a Moisés desde la zarza, y estuvo en
desacuerdo con aquellos que confundieron al Dios Padre con Su Hijo. “Aquellos que piensan que siempre fue el Dios Padre el que habló a Moisés, considerando que Aquel que le habló fue el Hijo de Dios, al que también le llaman un Ángel (y un Apóstol), están al parecer convencidos tanto por el espíritu profético como por el mismo Cristo, de no conocer ni al Padre ni al Hijo. Aquellos que dicen que el Hijo es el Padre, no tienen ninguna certidumbre de conocer al Padre ni de entender que el Dios del Universo tiene un Hijo el cual, siendo la Palabra unigénita de Dios, es también Dios. Y más antes se les apareció a Moisés y a los profetas en forma de fuego como una imagen incorpórea.”


Otra autoridad que hace hincapié en que fue Cristo el que dijo a
Moisés “Yo soy vuestro Señor Dios que os ha traído de la tierra de
Egipto” es Clemente de Alejandría. Siempre es el poder de Cristo el
que mueve al aspirante de Egipto, la tierra simbólica de la esclavitud de los sentidos y de la oscuridad del entendimiento mortal.


A Moisés se le permitió ver la Tierra Prometida, la tierra en la
que fluía la leche y la miel (la Dispensación de Cristo del ciclo Acuario- Leo). El piadoso Orígenes nos dice que en la Montaña Sagrada el Cristo dio a Moisés las Tablas de la Ley, cuando se le enseñó a leer en los Archivos Akásicos. Vio que la civilización de la Quinta Raza Raíz iba a tener su fundamento en las leyes que llegaron a ser conocidas como los Diez Mandamientos. Vio después que el mismo Cristo traería una extensión de esas leyes, las que las pronunció mediante los preceptos enunciados en el Sermón de Montaña. La humanidad de la Quinta Raza Raíz está muy lejos del plan proyectado para ella en el plan divino. Solo muy pocos de sus miembros han alcanzado el estado evolutivo en el cual viven en concordancia completa con los Diez Mandamientos, y otros menos aún tienen alguna concepción de la importancia espiritual del Sermón de la Montaña.


La palabra clave en el cristianismo místico es polaridad, como
se ha enunciado a lo largo de la serie LA INTERPRETACION DE LA NUEVA ERA. Las dos columnas de la polaridad se forman mediante los Diez Mandamientos (la columna masculina) y el Sermón de la Montaña (la columna femenina). Para el hombre crístico de la Raza Leo - Acuariana venidera, a medida que éste se eleve a dimensiones superiores de desenvolvimiento, los Diez Mandamientos serán la base sobre la cual constituirá su vida diaria, mientras que el Sermón de la Montaña será su súper estructura.


La ascensión de Elías al cielo en un carruaje de fuego es la
descripción de este otro espíritu iluminado, que fue capacitado a
través de la Iniciación del Fuego para trabajar tanto en los planos
internos como externos, en preparación para la venida de Cristo. Esto fue como la Iniciación de los tres hombres sagrados que fueron arrojados a un llameante horno y sin embargo permanecieron ilesos, tal como se registra en el Libro de Daniel. Este libro contiene en todo su contenido mucha información relacionada con la Iniciación por Fuego.

El Libro de Daniel está estrechamente relacionado con el trabajo
de las Jerarquías del Signo de Fuego, Leo. Según se conserva en el
umbral de los Misterios Cristianos, esa fue la Iniciación por Fuego a la que el Maestro Supremo se refirió cuando le dijo a Nicodemo:
“Excepto que un hombre nazca del agua y del espíritu (Fuego), no
puede entrar al Reino de Dios”, el nuevo orden en Cristo.

* * *

DAVID Y SALOMÓN. ACRECENTANDO REVELACIONES DE VERDAD Y SABIDURÍA - CAPÍTULO III:











CAPÍTULO III:


DAVID Y SALOMÓN.
ACRECENTANDO REVELACIONES DE VERDAD Y
SABIDURÍA


Frecuentemente nos hemos referido a la Biblia como “El
Maravilloso Libro de las Épocas”. Esto se evidencia por el hecho de que mientras más uno avanza espiritualmente, más le revelan las
Escrituras sus extraordinarios secretos escondidos. Como se ha
indicado antes también, a medida que el hombre ingrese en la
iluminación de la Edad Acuariana, va a comprender que la Biblia no es solo el Libro Supremo de la Luz, sino que le además le abre misterios más profundos y verdades más insondables que las que se puede imaginar en el presente.


Muchas verdades sin tiempo están encubiertas en los registros
bíblicos de David y Salomón, los que poseían poderes iniciáticos de
un alto grado. Para evitar el mal uso que se pudiera dar a las
verdades espirituales que ellos entregaron al mundo, o que fueran
degradadas por personas aun no capaces de captarlas y aplicarlas
correctamente, éstas fueron envueltas en símbolos poco atractivos ó encarnadas en relatos que estaban de acuerdo con el desarrollo primitivo y sensual entonces prevaleciente.



Una enseñanza de la antigüedad expresa: “Si usted supiera la
doctrina, entonces tendría que vivir la vida”. Al ser esto así, uno debe concluir que David y Salomón –dos almas iluminadas calificadas para asumir el liderazgo espiritual de su gente- no eran responsables de la conducta reprimible que la interpretación literal de algunos relatos bíblicos les atribuye. Por ejemplo, la mujer en la vida de David indica realmente estados definidos de su desarrollo espiritual más que varias uniones poligámicas, como aparecerían ser en las lecturas literales. Se dice de Salomón que tuvo setecientas esposas y trescientas concubinas. Numéricamente sumados el 7 y el 3 nos da 10, el número de la realización espiritual. Tal es el significado de este número como se lo emplea a lo largo de todo el Antiguo Testamento.


Se le designa a Salomón como el más alto Iniciado de la
Dispensación del Antiguo Testamento. El gran amor que mostraba
profesar a las mujeres, no debe ser considerado como una pasión
ciega personal, sino como un medio de transmitir el hecho espiritual
que experimentó, el éxtasis que viene de haber obtenido la unión con el exaltado Principio Femenino, estado que es un requisito para
grados iniciáticos más altos adscritos a ellos. Por otro lado, las varias mujeres en la vida de Salomón representan esotéricamente los diversos pasos en el progreso de un aspirante, como Miguel simboliza los poderes marciales de Marte que se dan como una acechanza para David; Eglah, el personal e íntimo amor de Venus; Chimham, la expansibilidad de la conciencia Jupiteriana; Hagith, la ley y el orden de una bien desarrollada naturaleza Saturnina; Abital, los atributos incrementados de la fe y la sabiduría generalmente asociadas con Mercurio. El matrimonio de David con Abigail simboliza un elevado estado de conciencia espiritual. (I Samuel 25: 2-42)


Abigail implora por Nabal, el tonto, que personifica la naturaleza
inferior del hombre. Nabal rehúsa compartir el alimento con David, lo que significa ciertas cualidades espirituales sobre las cuales un necio mortal no tiene comprensión. Luego de haber alejado a los hombres de David y entonces tomar parte en una orgía alcohólica, duró solo diez días. La muerte de Nabal, (la naturaleza inferior) fue seguida de la unión de Abigail (el gozo de Dios) y David (el Bienamado). Esto significa otra vez una unión con el “eterno femenino que nos conduce siempre hacia arriba y adelante” -en esta ejemplificación de la coronación de David en Hebrón (la unidad) como Rey de Judá (amor y  aclamación). David comenzó el verdadero gran trabajo de su vocación solo después de este MATRIMONIO MISTICO.




A David, como Rey de Judá, se le preparó durante un periodo de
siete años para una posición aún más alta: la de Rey de Jerusalén, la
ciudad de la Paz. Se le enseñó a leer el Archivo Akásico (la Memoria  de la Naturaleza) y a estudiar en éste los prototipos del más altísimo Templo de Misterios, develados mas tarde por su hijo Salomón.


Así como hay ciertos centros espirituales en el cuerpo de un
hombre, hay centros correspondientes de energía espiritual dentro
del planeta Tierra. Por incontables miles de años los emplazamientos de estos centros terrenales han sido los lugares donde están situados los Templos de Misterios. Desde cada uno de ellos, personas que están dentro de su área de irradiación, se les han impartido avanzadas verdades espirituales y Jerusalén, la ciudad de la Paz, fue el sitio para dicha emanación de poder.


Esotéricamente hablando, Jerusalén está en el mismo corazón
de la Tierra. Según el testimonio de la visión desarrollada, fue
escogida muy al comienzo de la civilización y consagrada por los
Sabios bajo la guía de los líderes angelicales. Melquisedec, el
Sacerdote Arcano y uno de los más exaltados miembros de la
Fraternidad Blanca, trabajó y enseñó en dicho lugar. Trajo a Ariana la sabiduría sagrada de los Atlantes antes de su inundación final -
registrada bíblicamente en el relato del Diluvio. En este lugar sagrado -llamado Salem, la ciudad de Paz- Abraham fue iniciado en las observancias del primero de los Misterios que culminó en el Convite del Señor o Última Cena, el Banquete del Pan y del Vino. Mas tarde el mismo altozano fue el lugar escogido para el Templo de Salomón y de allí en adelante Abraham superó la prueba suprema en el Rito de la Renunciación cuando se le ordenó que sacrifique a su hijo Isaac.


Cuando esta ciudad sagrada hubo pasado a las manos de los
Jesuitas, ellos la renombraron JEBU y establecieron allí un Templo
dedicado a Astarte. Alrededor del año 1000 A.C. luego de llegar a ser Rey de Judá y de Israel, David fue imbuido a hacer de esta ciudad su capital y la renombró la CIUDAD DE DAVID. Siempre ha habido un poderoso influjo y reflujo de energía espiritual desde Jerusalén, localizada en una colina que dominaba un amplio territorio circundante. Y además de ser el corazón central de toda la Tierra y el hogar de Judá, del signo real Leo, merecidamente llegó a ser la CIUDAD DEL REY.



Lo que es más aun, Jerusalén fue el eje central de los primeros
Misterios Cristianos.- por lo cual el trabajo de David y los servicios
celebrados en el Templo de Salomón constituyeron su preparación. Y está destinada a instituirse en el centro de los Misterios Cristianos en preparación para la segunda venida de Cristo como lo fue para Su aparición previa. En efecto, este lugar sagrado fue la MECA de los Iniciados tanto de la Vieja como de la Nueva Dispensación. Fue el escenario de actividad de todos los profetas del Viejo Testamento, excepto de Amos y Oseas. Dentro de este ámbito los Libros del Viejo Testamento fueron, si no escritos, concebidos. José y la Madre Sagrada fueron acólitos del Templo de Jerusalén que fue también el escenario del trabajo del Maestro y de aquellos sus discípulos y seguidores cercanos y muchos de estos últimos recibieron su preparación en comunidades localizadas en áreas cercanas a su elevada radiación espiritual -como por ejemplo, el Monte de los Olivos, donde David pasó una de sus pruebas de regeneración y donde Cristo Jesús hizo su final y completa renunciación en conformidad con la voluntad del Padre. Y la crucifixión de Cristo tuvo lugar en esta ciudad
tan altamente energizada.


*






LA MISION DE SALOMÓN EN EL MUNDO


La leyenda nos relata que el nacimiento de Salomón fue
presenciado por una Recepción de Ángeles que cantaban coros
triunfantes igual que lo hicieron en el nacimiento de Jesús. También
se dice que el Arcángel Gabriel, guardián de las madres y de los niños, estuvo presente para derramar su bendición sobre el infante.
Natán, un profeta de Dios que guió a David en los caminos de
La Verdad, fue nombrado maestro y guardián del joven Salomón.
Entonces el muchacho creció y se desarrolló en un ambiente de
rectitud y sabiduría, y de esta manera se le preparó para realizar su
gran trabajo para la elevación de la humanidad.


Un día, cuando Salomón tenía alrededor de trece años de edad,
el tribunal se reunió en el majestuoso Corredor de los Cedros, cuando un ángel se le apareció y colocó una hoja dorada en las manos del Rey David. Sobre esa hoja se hallaban inscritas unas preguntas en caracteres místicos. David anunció: “Aquel que conteste estas preguntas me sucederá como el rey de Israel.” Entonces leyó: “¿Qué es todo y que es nada?” Rompiendo el silencio que siguió, sólo Salomón pudo replicar: “Dios es todo y el mundo es nada”. David continuó leyendo. “¿Qué es lo que más importa y que es lo menos?” Una vez más, Salomón fue que replicó: “La paz es lo que más cuenta  y lo menos es el miedo”.



El más notable trabajo de Salomón fue la construcción del gran
Templo de los Misterios. Las enseñanzas que emanaron desde allí
servirían a toda la actual Quinta Raza Raíz a lo largo de su duración
evolutiva. El Monte Moria, al igual que el Monte de los Olivos
previamente referido, era un territorio de enorme poder espiritual. A Salomón se le instruyó que erigiese un magnífico Templo sobre aquel monte y que lo dedique en servicio al divino propósito de llevar a cabo la redención de la humanidad. Se le ordenó que Cristo Señor sea recibido en este Templo y que el maravilloso significado y misión de Su llegada hacia nosotros debiese comunicarse desde allí. Sin embargo la humanidad no vivió de acuerdo con los preceptos divinos de Salomón y más tarde los servidores del templo no le reconocieron cuando el Mesías esperado llegó. Por lo tanto el día de la Crucifixión fue el inicio de la ruina del Templo. Era solamente cuestión de tiempo antes de que ocurra su completa destrucción.


Anticipándose Jesús al destino de Jerusalén y del Templo, lloró
por la desventura que a uno y otro les sobrevendría. Sabía que los
habitantes de la ciudad serían incapaces de plasmar el elevado
destino que se les había preparado. Y al contemplar los largos siglos
venideros, vio un futuro lleno de conflictos y guerras devastadoras y sus consecuencias de tristeza, dolor y muerte que acontecerían antes del día de la redención. David y Salomón, ambos Iniciados, vinieron a la Tierra a trabajar por la regeneración de la raza humana en anticipación al grandioso advenimiento del Señor Bendito. Sin
embargo no fueron ellos los que fallaron sino toda la Quinta Raza
Raíz.


Gracias a sus poderes Iniciáticos, Salomón logró controlar a los
habitantes de los reinos superiores e inferiores. Se le abrieron los
cuarenta y nueve caminos de la sabiduría, según establece la leyenda mística (4 mas 9 suma 13, el número iniciático que pertenece a la entonces inminente Dispensación Cristiana.) Aun más, transmutó los brutales poderes de los demonios en otros que servirían en favor del hombre. Controlaba los Espíritus de la Naturaleza y a voluntad podía enviarlos a los más remotos confines del mundo. Salvó a muchas personas que estaban esclavizadas por el castigo de la obsesión.





El macrocosmos es un reflejo del microcosmos. El cuerpo físico
del hombre, su templo, es un reflejo del Templo solar del universo. El Maestro impartió la enseñanza que este templo humano sería el que debe ser destruido y entonces, a través de la Iniciación, ser levantado nuevamente al cabo de tres días. En la masonería mística, es el Templo erigido por dos reyes y por el hijo de una viuda. Éste último, de nombre Hiram de Khurum, llegó a ser el Maestro Constructor - su nombre significa ELEVADO, BLANCO, ASCENDIDO. El Rey Salomón representa el corazón. El Rey Hiram de Tiro, la cabeza. Hiram, el maestro constructor y un hijo de la viuda, simboliza un aspirante que trabaja para unir el poder amoroso del corazón con el intelecto de la cabeza.


A cada candidato masón se le advierte que mantenga sus
herramientas de trabajo en la columna de Joachim, la cabeza. Boaz,
la columna femenina del corazón, es el pilar caído que no puede ser
levantado hasta que el poder del amor equilibre aquel de la razón. La columna de Boaz reasumirá su posición erguida sólo cuando el amor verdaderamente constituya “el cumplimiento de la ley”. Estas son las dos columnas que guardan la entrada de todos los Templos Iniciáticos y cada neófito tiene que pasar entre ellos en su búsqueda de Luz.


Muchas son las leyendas conectadas con el Lago de Bronce.
Este mar, en forma de una flor, era (y está) sostenido por doce bueyes. Como hijo de la viuda (el neófito), se convierte en maestro constructor mediante la alquimia de la transmutación dentro de sí mismo y su “mar de bronce” se convierte en un cristal donde los esbozos del pasado, del presente y del futuro están indeleblemente impresos. Esta habilidad le capacita para transformar su vehículo físico en el “vehículo florecido” de un Iniciado –una labor realizada bajo la guía e instrucción de las doce Jerarquías Zodiacales. Aquella ejecución le erigió a Salomón entre los hombre más sabios de todos los tiempos. Y el “mar” sobre el cual se paró para saludar a la Reina de Sabá simboliza su “mar de bronce” personal.


El trono de Salomón fue modelado con el oro fino de Ofir,
incrustado con mármol y con raras joyas. En cada uno de los seis
escalones que conducían a aquel, había dos leones de oro y dos
águilas doradas parados cara a cara, indicación de la Era Leo-
Acuariana y de sus pioneros, que habían aprendido a construir el
glorioso cuerpo de luz caracterizado por el Templo de Salomón.
Ningún hombre cayó enfermo durante los siete años que duró la
construcción del Templo, ni se deterioró la condición perfecta de sus



herramientas. “Al terminarse, el Templo brillaba como una colina
dorada asentada sobre una montaña de plata. El altar de bronce se
amplió tanto que podría abarcar la TIERRA. El mar de bronce
envolvía el espíritu de todas las AGUAS. La cortina agarraba y
sostenían la trémula sombra del AIRE azul; y los candelabros, la
gloria del FUEGO celestial.” Rodeando el Templo estaba el
bosquecillo de árboles dorados preñados perpetuamente de frutas
que caían solamente cuando se acercaba un enemigo. Había dentro
del santuario una vara de marfil, cuyo roce hería al corrupto pero era inofensiva al puro. Al interior del santuario había una pared que
permanecía transparente pero se obscurecía cuando se aproximaban los indignos.


En la dedicación del Templo, las palabras que siguen
fueron habladas por el Señor, manifestación de la ley espiritual: “He santificado esta casa que me has edificado, a fin de que permanezca en ella Mi nombre para siempre; y en todo tiempo Mis ojos y Mi corazón estarán fijos sobre este lugar” 1 Reyes 9:3. La leyenda dice que Salomón colocó una llave dorada en la puerta del Sancta Santorum al ritmo de la música y cantos celestiales: “Abrid bien la puerta de entrada del Sagrado de los Sagrados, que el Rey de la Gloria puede ir a su descanso”.


*




LA INICIACION SUPREMA DE SALOMÓN


“También la reina de Sabá, oída la fama de Salomón, vino en el
nombre del Señor a hacer pruebas de él con varios enigmas.” “Y
entrando en Jerusalén con gran pompa de acompañamiento y de
riquezas, con camellos cargados de aromas y de oro sin cuento y
piedras preciosas, fue a ver al rey Salomón y propúsole todas las
cuestiones que traía pensadas en su corazón.” Y satisfizo Salomón a
todas sus preguntas: no hubo cosa que fuere oscura para el rey, a lo
cual no le respondiese.” –1 Reyes X: 1-3.


El arribo de esta hermosa reina de sabiduría es la coronación
triunfal de la vida de Salomón. La sabiduría, de la cual canta que está por encima del precio de los rubíes, fue finalmente su posesión.
Antes de dicho logro nunca pudo haber escrito el inigualable CANTAR DE LOS CANTARES, la Canción del Matrimonio Místico - descrita como "una canción de amor acrisolada por lirios". Proclama la mezcla final de la naturaleza inferior con la superior, la sublimación de lo material en lo espiritual. Éste es el resultado más alto de la alquimia divina. Debe tener lugar dentro de la conciencia y la vida de un discípulo, pues le inserta en comunión con esos planos celestiales en donde la perfección del cantar se convierte en su experiencia personal.


El nombre Sabá significa SIETE y su séptuple interpretación: “Lo
bello, lo Viejo, el Uno, el Dador, lo Peligroso, Lo Primero, lo Ultimo.” Ella fue la reina de todas las flores de Arabia; Balkris, su nombre, significa BENDICIÓN. Tres años le tomó a Salomón la preparación de su llegada. Construyó dos muros poderosos que empezaron en los límites de Israel y terminaron en los portales de Jerusalén. Uno fue de plata y el otro de oro, y entre ellos existía un lago del cristal en el cual se reflejaba el mundo entero. Era de esta manera que aguardaba su llegada. Sabá vino ataviada en siete velos tan sutiles como aire tejido y le abordó a Salomón mientras permanecía parado en este “lago” de cristal como si estuviera sobre el agua. Sus regalos para el rey fueron perlas sin precio mientras los suyos para ella fueron ocho verdes rosales de la mística Damasco, todos germinados en flores, y jarras conteniendo aguas de vida eterna del pozo de Siloam – siendo esta última una frase perteneciente a un viejo Templo egipcio de Misterios.

“Viendo, pues, la reina de Saba toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, y la manera con que era servida su mesa, y las habitaciones de sus criados, y las atenciones de sus ministros, y sus vestidos, y los coperos, y los holocaustos que ofrecían en el templo del Señor, se quedó atónita.

“Y dijo al rey: Verdadera es la fama de lo que oí en mi tierra, sobre tus cosas y sobre tu sabiduría; y no he dado crédito a los que me lo contaban hasta tanto que yo misma he venido y lo he visto por mis ojos, y he experimentado que no me habían dicho la mitad de lo que es en realidad. Tu sabiduría y tus hechos son mucho más grandes de lo que me habían contado.

¡Dichosos los que están contigo! ¡Dichosos tus criados, los cuales
gozan siempre de tu presencia y escuchan tu sabiduría! ” 
I Reyes X: 4-8

Los invitados que habían sido acomodados para recibir los
regalos en la gran tienda real del rey, fueron eclipsados por los
homenajes invisibles de coros angelicales. Salomón saludaba a la
bella reina con las palabras: “eres sagrada como el Arca de Dios; tu
cuerpo es Su casa”. Ante estas palabras de salutación del rey,
muchos de los invitados titubearon y partieron. Pero Balkris, Reina de Sabá, se inclinó y se mantuvo firme y sola en la mitad de la tienda real.

“Muchos son los llamados, mas pocos los escogidos”

Otros también vacilaron y se regresaron, incapaces de continuar
en el camino del Maestro- el recto y estrecho Camino de la Iniciación que conduce a los portales del Templo místico donde las dádivas se conceden al aspirante triunfante que está dedicado a la sabiduría y ha aprendido la gloria de la casa hecha no con las manos, aunque sí eterna en los cielos. Al terminar de construir esta "morada" gana los tributos del Maestro y obtiene la habilidad para viajar a tierras foráneas, que es el logro supremo para los pioneros de la raza humana.

Salomón reinó desde Jerusalén en todo Israel el periodo
cabalístico de cuarenta años. Al momento de su transición, sus ojos
contemplaron una visión del futuro: la destrucción del tabernáculo
terrenal ya que éste era transitorio, no permanente. Otro gran Iniciado cristiano decía: “Las cosas visibles son temporales, las invisibles, eternas” “Salomón, Rey de paz, levantando en lo alto el anillo sacro que tenia el nombre inefable, amonestó: “Constrúyase el invisible y eterno Templo”.

* * *