jueves, 21 de octubre de 2010

COMO EMPEZÓ



COMO EMPEZÓ

La idea se originó hace algunos años cuando Herbert Lyon, un entusiasta
violinista aficionado, se lastimó tres dedos de su mano izquierda,
implicando una temporada en el hospital, el contacto con otros
incapacitados, y una dura batalla para superar su inhabilidad y volver a
tocar. Se le ocurrió que otros también podían lograr lo mismo que él, dado
un incentivo bastante grande, y que la música podía proporcionar,
verdaderamente, ese incentivo.

Comenzando con la hija de seis años de un vecino, Herbert Lyon se
propuso probar sus teorías. El primer problema fue hallar el instrumento más
conveniente para la niña, quien tenía la mano izquierda artificial. Después
de varios experimentos, el violoncelo de la señora Lyon, tocado “en
reserva” con las cuerdas superiores más cerca del brazo con el arco,
resultó ser el mejor; el arco quedó sujeto a la mano artificial con un gran
elástico.

Pasaron nueve meses antes que la pequeña niña pudiera tocar las
primeras barras de “Ba Ba Black.sheep”, pero 18 meses después de eso ella
tocó un solo, y en un trío en el festival regional de música joven. Luego de
este logro las autoridades educacionales, convencidos de que a la niña le
beneficiaría la enseñanza profesional, le proporcionaron un instrumento
adecuado y otorgaron una beca.

Entretanto, el interés del Señor Lyon por enseñar a niños impedidos se había
despertado. Su esposa también llegó a interesarse, y así lo hicieron los
amigos. “Las mañanas de domingo en nuestra casa eran caóticas. En el
living alguien tendría una lección de piano, los violines estaban raspando
en el comedor; arriba en los dormitorios estaban los registradores y
dulcémeles. Aun mi pequeña oficina y en un tiempo el baño estuvo
ocupado por alguien duro en práctica”. Eventualmente la oferta de un
salón de escuela y algunas salas de ensayo una vez por semana resolvió el
problema de acomodación, y así nació el club como existe hoy.

* * *

LA MÚSICA
nota clave de la evolución humana
por

Corinne Heline

Traducido por el
Centro fraternal Rosacruz de Santiago,
Chile

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